No nos engañemos, salir a comer en un restaurante con un bebé no es fácil. Me he dado cuenta que es necesario organizar las salidas al detalle y siempre, siempre, siempre, tener una bolsa con juguetes para llevar cuando salimos a un restaurante.
En este tema salir a comer fuera hemos pasado por muchas etapas: cuando Pedro José era muy pequeñito y dormía durante toda la comida; cuando empezó con la alimentación complementaria y era divertido porque experimentaba con todo lo que le pongas en el plato, comía de todo y eramos felices; cuando no quería comer nada, ni en la casa ni en el restaurante, pero se quedaba relativamente tranquilo en la silla y finalmente lo que vivimos hoy en día: no quiere saber nada de estar sentado por largo tiempo en la silla de un restaurante. Cuando termina su comida quiere pararse e ir a jugar, obviamente no le importa si sus padres no han comido todavía. Los crayones que siempre dan en estos lugares son de mucha ayuda, pero parece ser que a Pedro José todavía no le llama mucho la atención eso de pintar.
Hasta hoy hemos resuelto el problema con la actividad más rápida y la que más nos ha funcionado: vídeos de música infantil en YouTube. Siempre me he sentido culpable por esto, sé que no es la mejor solución, pero es lo que mejor nos resulta.
Compartí en mi cuenta de Instagram esta preocupación y pregunte a otras mamás cuáles son los recursos que les funcionan en estas situaciones. Recibí ideas muy buenas como:
- No sentar al bebé en la silla hasta que la comida esté en la mesa.
- Llevar stickers/pegatinas
- Crayones
- Plastilina
- Libros que se pintan con agua (esto me recomendaron muchísimo)
- Cantar y contar cuentos
- Libros
- Carritos/coches
También recibí muchos mensajes de mamás que también usan el celular como distracción en los momentos de la comida fuera de casa, cosa que me hizo sentir muy aliviada.

Borré los nombres porque puede que alguna no quiera mostrar su usuario.
Juguetes que llevamos al restaurante
Gracias a sus recomendaciones logré armar una bolsa que llevó siempre en el carrito lista para ser usada en las comidas fuera de casa. No son juguetes con los que Pedro José juega en el día a día, esto me parece importante para mantener la emoción de lo nuevo.
Son juguetes pequeños para que alcancen en el bolso.
- Juego de pescar: es una cajita metálica que lleva 12 animales del mar con imanes, dos cañas de pescar imantadas y una tela redonda que simula el mar. A Pedró José le encanta este juguete, pasa varios minutos jugando con los peces y a pesar de que todavía no logra pescar nada, sé que esta trabajando su motricidad. Lo consegui en la tienda Flying Tiger. No recuerdo el precio pero no fueron más de 5 euros.
2. Libro mágico: este libro me recomendaron varías mamás por Instagram. Se trata de un libro que necesita agua para que aparezcan los colores. Lleva un lapiz con un depósito de agua para que al presionar salga líquido sobre las páginas. Una vez que se seca los colores desaparecen. ¡Una maravilla!
3. Plastilina y stickers/pegatinas: Todavía no lo hemos usado en un restaurante, pero estoy segura que vamos a triunfar con esto.
4. Carritos: los clásicos carros/coches con la diferencia que estos no los tiene en casa, son especiales para cuando salimos fuera. Me gustan mucho porque están imantados.
5. Sellos y crayones: esto llevé para jugar en el avión en el último viaje y pensé que sería un «extra» en esta bolsa porque por lo general siempre te dan pinturas para colorear en los restaurantes.
Por el momento solo llevamos estos 5 artículos. En nuestro primer intento solo hemos llegado a usar el segundo y ni un solo minuto de celular/móvil. Así que estoy contenta con el resultado que gracias a todas sus recomendaciones no lo habría conseguido.
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